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DURANTE EL 7°SEMINARIO PICTON – EL MERCURIO EXPRESIDENTE SANTOS REVELA LOS CUATRO PUNTOS CLAVE DEL PROCESO DE PAZ COLOMBIANO – EL MERCURIO

Exmandatario compartió experiencia con el ministro Alfredo Moreno y altas autoridades del país.

Su “estreno mundial como expresidente”, según sus propias palabras, fue el que protagonizó el exmandatario colombiano Juan Manuel Santos en el 7° Seminario PICTON – El Mercurio, en el que compartió tribuna con el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno.

“Hay diferentes comportamientos de expresidentes. Unos que salen de la Presidencia para buscarla otra vez; otros que se dedican a criticar a su sucesor, y otros expresidentes que se dedican simplemente a contar historias. Yo opté por la tercera alternativa”, introdujo el premio Nobel de la Paz.

Dos meses después de dejar su cargo, el exmandatario “contó la historia” del proceso de paz en su país o “como en Colombia logramos hacer posible lo que mucha gente pensaba que era imposible”: poner fin a un conflicto de más de medio siglo contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que dejó 220.000 muertos y ocho millones de desplazados.

En la audiencia lo escuchaban, entre otros, la Primera Dama, Cecilia Morel; el ministro del interior, Andrés Chadwick; el presidente de la CPC, Alfonso Swett, y el líder de la Sofofa, Bernardo Larraín. Además, estaba presente el premio Nobel de la Paz 2014, el indio Kailash Satyarthi, de visita en el país por otras actividades.

 “Chávez ayudó mucho”

Antes de ser periodista y político, Santos fue cadete de la Marina, donde le enseñaron -relató- que cuando no se tiene un puerto fijo de destino, todos los vientos son desfavorables. Por eso, agregó, que a principios de la década de los 90, cuando era ministro de Comercio -y le pidieron atraer inversiones- se dio cuenta de que eso no se podría con la guerra interna y se fijó como meta contribuir a “la paz de Colombia”.

Entonces, explicó que estudió diversos procesos de paz y concluyó que se necesitaban cuatro condiciones básicas: tener una correlación de fuerzas favorables al Estado; convencer a los jefes guerrilleros de que a ellos les iría mejor negociando la paz que continuando la guerra; reconocer que había un conflicto armado, y tener un apoyo regional.

Santos relató que el primer punto lo abordó como ministro de Hacienda, en 2000, con el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas y “el Plan de Colombia, que hicimos con EE.UU. no fue tan importante en la cantidad de recursos como en la calidad de recursos”.

El segundo elemento debió enfrentarlo como ministro de Defensa. “El Presidente (Álvaro) Uribe me dijo en 2006: “Ministro, por favor, necesitamos pegarle a la cabeza de la culebra” que era el secretariado de las FARC. Nadie los había tocado en 45 años de guerra”, relató. Entonces, lograron matar al segundo hombre de la guerrilla, Raúl Reyes, mediante un bombardeo de las fuerzas colombianas en suelo ecuatoriano. “Ahí los comandantes empezaron a decir: “nos va a ir mejor haciendo la paz que la guerra”, comentó Santos.

Otro punto que abordó siendo ya Presidente, era el apoyo regional, para lo que debió reparar las relaciones con Ecuador y Venezuela. “Yo había sido archienemigo de (Hugo) Chávez, como periodista. Nos dábamos todos los días, nos dijimos hasta de qué nos íbamos a morir”, explicó. El acercamiento se hizo gracias a la gestión del ex Presidente argentino Néstor Kirchner. “Le dije: “Hagamos lo que hicieron (Ronald) Reagan y (Mijaíl) Gorbachov. Reagan le dijo a Gorbachov: “nunca voy a ser comunista ni usted un capitalista, pero respetémonos y trabajemos juntos por un fin superior”. En este caso, el bien superior era la paz de Colombia y la región.

“Y la verdad es que Chávez ayudó mucho”, dijo el expresidente colombiano. El cuarto punto era el reconocimiento del conflicto, con el fin de apelar al Estatuto de Roma y así aplicar la justicia transicional, que permite juzgar y sancionar los delitos con otros criterios y penas.

Popularidad y errores

La Exposición de ayer fue complementada con un panel de diálogo entre Santos, Moreno, el director de “El Mercurio”, Carlos Schaerer, y Tamara Avetikian, redactora de opinión internacional.

Consultado por los costos que le significó negociar con las FARC, Santos dijo que “valía la pena hacerlo”.

“A mí me habían elegido, entre otras cosas, por haber sido exitoso en la guerra, ¿Cómo ahora estaba hablando de paz?  Mis asesores me decían nadie lo va a entender”, explicó ayer. La decisión de hacerlo y arriesgar su 84% de popularidad, dijo, tuvo que ver con que a su juicio acabar con la guerra era la única manera de alcanzar la paz.

Consultado si se arrepentía de algo, recordó: “dijimos que nada estaba acordado. Y quisimos aplicar eso a la información. Pecamos de ingenuos. Porque los enemigos del proceso comenzaron a inventar sobre lo que estábamos negociando”, causando alarma. Por eso debieron entregar la información de los avances parciales -que naturalmente eran incompletos-, y esto generó mucha polémica en la opinión pública.

“Que es una paz imperfecta, claro, es imperfecta; es una negociación entre seres humanos”, redondeó para luego concluir que, “como dicen los clásicos, no hay guerra buena ni paz mala, pero esta es una paz buena que está trayendo beneficios que hasta ahora estamos comenzando a ver.

MINISTRO ALFREDO MORENO: “LA ARAUCANÍA ES LA REGIÓN DONDE TODOS PIERDEN”

“Este no es el final. Este ni siquiera es el comienzo del final. Esto es quizás el final del principio”. Parafraseando la frase del ex Primer Ministro británico Winston Churchill, el titular del Desarrollo Social, Alfredo Moreno, resumió ayer su idea en torno al millonario Plan Araucanía anunciado la semana pasada.

El ministro Moreno fue el encargado de intervenir ayer en el 7° Seminario PICTON – El Mercurio, detrás del expresidente colombiano Juan Manuel Santos y, en esa condición aprovecho de citarlo para explicar la situación en La Araucanía: “si sigue la violencia, no van a llegar a la inversión ni tampoco el desarrollo”. El titular de Desarrollo Social aclaró que en todo caso “nada tiene que ver este conflicto que tenemos nosotros con la situación que ha vivido Colombia durante casi 60 años”.

Moreno hizo un llamado a conocer la realidad mapuche y se explayó sobre las cifras económicas, sociales y de infraestructura que convierten a las Región de la Araucanía en la más pobre del país. “Digamos las cosas como son: este es un problema que hemos mirado a los lejos, no pasa cerca de nuestra casa ni cerca nuestro” reprochó el ministro, que agregó que “sabemos mucho más de los incas, de los aztecas, egipcios, sus historias. Pero nada se enseña de esta población de dónde venimos y que además tiene un tamaño del orden de un millón de personas”.

El secretario de Estado comentó que ante el conflicto que se vive en la zona, el Estado “ha sido indolente”. “Cuando el Presidente (Sebastian Piñera) se hace cargo del país, se encuentra con una policía, que, solo por resumir lo que se hizo, en la cual 16 generales salieron”, dijo Moreno. “En síntesis, si yo tuviera que resumir la situación en la Araucanía, es la región donde todos pierden, no hay nadie en La Araucanía, es la región donde todos pierden, no hay nadie en La Araucanía que haya ganado con lo que se ha vivido en los últimos años, ya sea por las comunidades mapuches, por las víctimas, ya sea por la pobreza o el nulo progreso. Nadie ha ganado”, agregó.

Moreno manifestó que una de las situaciones que más le preocupan es el sentimiento de que este conflicto no tiene solución, algo que el presidente Piñera tiene toda la voluntad de enfrentar.

“Es la primera región que visitó, llevaba sólo 10 días como Presidente. Con el último acuerdo, es la tercera vez que va a la región”.

Moreno hizo un sentido relato de la situación en La Araucanía y las conversaciones con la familia Luchsinger McKay y el lonko Aniceto Norin para resolver la huelga de hambre del machi Celestino Córdova, condenado por la muerte del matrimonio Vilcún. Comentó que Jorge Andrés Luchsinger les dijo que no pedirían condiciones para que se autorizara a Córdova a salir del penal para visitar su rehue; por el contrario, ellos mismos solicitaban que se le permitiera, lo que era un gesto muy generoso y una seña de respeto a la cultura mapuche. Esto generó el aplauso de la audiencia, entre quienes se encontraba el propio Andrés Luchsinger.

“La gente quiere progresar y los mapuches también”, concluyó el ministro.